Corresponde a Jacobo Cruz Villegas, escritor e investigador del pasado histórico de Catacaos, la valiosa información que se tiene sobre la fortaleza-templo de Narihualá y sobre el culto que en esta zona tallán se habría rendido a un Dios denominado Walac.
Sobre este interesante tema, Jacobo Cruz ha publicado en el diario el CORREO de Piura, muchos artículos en 1981 y posteriormente en su libro “Catac Ccaos”.
Para Cruz Villegas la colosal construcción, habría sido obra de los tallanes y no de los Incas, y se habría hecho en dos etapas distanciadas por un largo período de tiempo. Primero habría sido construido el templo y luego la fortaleza propiamente dicha. Sería sin duda una gran novedad el origen tallán de la fortaleza
A 5 kilómetros al sur de Catacaos, se encuentra el pueblo de Narihualá y dominando todo el paisaje, un promontorio que se ha venido denominando, cerro de Narihualá.
En realidad no se ha tratado de un accidente orográfico, sino de una monumental fortaleza-templo de 40.000 m2 construida toda de adobe y barro, que al sufrir el efecto del tiempo, de los saqueos y de la erosión de las lluvias, sobre todo las caídas en 1925, le hicieron perder su originaria apariencia externa y tomar la de un cerro. Algo parecido en Poechos con el llamado cerro Fortaleza.
En Jacobo Cruz, esta pasión por conocer el pasado histórico de su pueblo, le venia familia, pues en 1891 José Manuel Cruz Zapata, también hizo investigaciones y estudios de esta fortaleza, acompañando a la arqueóloga alemana Teresa Golte.
El conjunto en su origen habría sido un inmenso rectángulo amurallado, con latas paredes de adobe, que en uno de sus cuatro frentes tenía dos atalayas o torreones. Uno de ellos destinado a fines religiosos, en donde según Cruz Villegas se adoraba al dios Walac y el otro para fines guerreros, que era la fortaleza propiamente dicha.
La fortaleza tenía la forma de las pirámides aztecas y mayas, o sea plataformas rectangulares y truncadas. En la de Narihualá eran cuatro. Entre plataforma y plataforma habían escalinatas, que conducían desde la parte exterior de la primera plataforma hasta la más alta. Esto es lo que confunde, por que este fácil acceso deja desguarnecido todo el imponente conjunto.
Del templo también se puede seguir y ascender a la primera plataforma de la fortaleza, mediante una larga escalera interna de 2 y ½ metros de ancho, que está construida entre una serie de ambientes que dan unos hacia el exterior y los otros hacia un gran patio interior. La escalera como se puede apreciar en el croquis que hizo Cruz, está debidamente protegida. Los ambientes con puertas hacia adentro, podían servir de carceletas y también para almacenes. Los exteriores, para tiendas o alojamiento. Adosados internamente a la fortaleza, hay cuatro grandes ambientes con puertas al patio. Después de las lluvias de 1925, se utilizó mucho material de la fortaleza para construir sobre sus derruidos muros y cimientos, una capilla.
En 1977 se inauguró un museo de sitio en el lugar, pero las lluvias de 1983 le hicieron mucho daño por lo cual para el Niño de 1998, el área de la fortaleza fue protegida con plástico.